Temática libre
Qué concierto tan aburrido. Mi mamá me regaña
porque me estoy durmiendo, pero yo no tengo la culpa de que esta vaina esté tan
maluca. Me regaña porque me pego del celular, pero yo solo quiero irme de aquí,
y eso sería un regaño peor. Menos mal traje mi pluma, porque "todo
caballero debe llevar siempre una pluma", eso dice mi papá. Él la usa para
firmar cheques. Yo empiezo a escribir, escribo esto que me sale sin pensar,
pero como me aburro tan fácil, me da locha hasta escribir y mejor me pongo a
dibujar... Pues, lo que estoy viendo, y como estamos en segunda fila, lo único
que tengo en frente es la orquesta, pues tocó. Estoy buscando, entonces, a
alguien que sea por lo menos un poquito interesante para dibujar. A ver... Qué
director tan feo, todo calvo y flaco, parece salido de una película de Tim
Burton, de esas que hizo en stop-motion... Ese trompetista es gordo y también
calvo y qué pereza. Como que todos los mayores de cincuenta años se quedan
calvos. Yo no quiero que eso me pase, qué pereza, a las mujeres no les gustan
los calvos. A ver... Busquemos mujeres pues, debe haber por lo menos una
bonita. ¡Uy! ¡Esa si está muy linda! Esa muchacha del chelo es hermosa, a esa
voy a dibujar. Saco la pluma del bolsillo de la chaqueta. A ver, esa muchacha
es bonita, pelicafé, como chocolate. Demás que a eso huele, qué rico, me
encanta. Me encantan las peladas que huelen rico, a flores, a frutas, pero mejor si huelen a chocolate.
¿Será que también sabe a chocolate? El chelo es café y también parece hecho de
chocolate. Su piel es un poco morena, como esos chocolates que mezclan con
leche. Incluso el vestido es beige, que se ve como chocolate blanco, que no me
gusta, pero que me comería si fuera ella. Bueno, me pongo a dibujar ahora sí.
Aquí va el cabello, el vestido, su piel, las luces y sombras. Eso, luz.
Dibujemos un reflector sobre ella, con luz cálida, caliente, que la haga sudar,
eso me gusta. Mi mamá me dice que la muchacha del chelo es muy bonita, que la
acaban de señalar a ella sola con un reflector amarillo, que ella es la
protagonista, que qué calor debe tener porque está sudando mucho, que debe ser
por la luz. Yo miro y eso está pasando, como en mi dibujo, yo no me lo creo.
Paro de dibujar y solo la miro, a esa mujer hermosa que debe oler y saber a
chocolate. ¡Esperen! ¡Algo está pasando! Esa muchacha se está como derritiendo,
pero en serio, como el chocolate. Mientras avanza su solo se va cayendo al
suelo de la tarima de madera y chorrea hasta llegar a mis pies. Esto me tiene
impactado, pero como soy tan curioso, me unto los dedos de ese líquido extraño.
La verdad es que esa chica si sabe a chocolate.
¡Felicitaciones!
ResponderEliminarExcelente cómo siempre.
Simplemente genial... Tan delicioso leerlo como el sabor de ella.
ResponderEliminar¡Fantástico! Llamativo y exquisito como la Chelista
ResponderEliminarSimplemente desde el inicio me atrapó .Genial¡
ResponderEliminarMuy bien Valentina. Saludos 😆
ResponderEliminarMuy bueno... Me encantó.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar