Temática libre
Un día, mientras los oficinistas terminan sus largas
jornadas de trabajo, Se encuentra Etsu, caminando a ningún lugar en específico,
solo caminaba para matar el tiempo, se percata de que bruscamente empieza a
llover, si hacer nada para evitar mojarse sigue caminando, deseando que pase
algo interesante en su vida, algo mas interesante que mojarse en la lluvia,
algo que le de sentido a su vida, pero con una actitud pesimista, chasqueaba la
lengua enojado con el mundo, culpando a la sociedad en que vive por su soledad,
una sociedad que parece tener reglas escritas de cómo se debe vivir, por una
soledad de la que cree nunca poder salir, sin embargo el sigue mojándose sin
enterarse, bajo la lluvia, después de la huida.
Pensamientos suicidas se cruzaban siempre por su mente,
cuando será el día que deje de existir, desearía poder cerrar los ojos y que al
abrirlos todo fuera diferente, o al menos no poder volver a abrirlos, nadie me
extrañaría pensaba Etsu, Sin embargo, después de la lluvia, se podía observar
una hermosa luna de octubre aunque fuese noviembre, las estrellas en el firmamento
parecían darle mensajes de aliento a Etsu, y su aura se iba volviendo cada vez
mas clara, los pensamientos optimistas iban llegando a Etsu, sus ganas de
cambiar crecían, simplemente deseaba poder hablar con alguien, alguien que le
de un motivo para levantarse temprano y aprobar en la universidad, y no vivir
sin darse cuenta como lo ha hecho en los últimos 5 años.
Mientras camina perdido en sus pensamientos, de repente
siente que alguien pone sus brazos alrededor de su cuello y de un salto se
cuelga sobre su espalda, era el caluroso saludo de Liseth, una amiga, en
realidad la hermana menor de un amigo muy cercano, que venia de su ciudad a
estudiar. Él se sentía muy feliz de encontrar a alguien tan cercano, llevaba
tanto tiempo sin abrazar a alguien que lo sucedido llenaba su corazón. Hablaron
durante poco mas de quince minutos, sobre cosas triviales, sin embargo, Etsu
sentía como si fuese otra persona, sentía que era el espectador de una
conversación de dos conocidos, no se sentía parte de si mismo.
Al acabar la conversación se despide de Liseth, pero de su
mente no sale la idea de que su vida no ha cambiado nada, que nunca se
encontrará nuevamente con Liseth, el odio y el coraje lo invaden nuevamente.
Mientras cruza la calle, su vista parece nublarse hasta ver solamente
oscuridad.
Despierta Etsu, Al parecer en una cama muy cómoda, aun
adormitado intenta abrir los ojos, pero lo único que puede ver es un techo desconocido,
un lugar desconocido.
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