Temática libre
Tres, ellas son tres, Carlota, Virginia y Eleonor,
hijas de la misma mujer a quien la edad y la testarudez mató, esa mujer de puño
duro, quien las parió y sin embargo que de ellas sólo de explotarlas se
preocupó, ella, Esperanza, una mujer del antiguo mundo, que en el pasado quedó.
Crecer sin amor no fue fácil para ésas tres, marcadas
están y marcadas se ven, siempre recordando ese ayer tan tormentoso, ¿ero por
qué no ven también el sol?, aunque bueno, Eleonor sí lo ha hecho, ella es
fuerte, cargada siempre con la energía del trópico, no le importo ser la más
pequeña o la que más pobre quedó, ella luchó y luchó, y demostró saber vivir
bien.
Carlota y Virginia sólo se han dedicado a pelear entre
ellas, y con ellas mismas, las razones varían, el partido político al que
apoyan, el color de sus ropas o por el hombre al que aman u odian. La última
vez que en la plaza alegaron fue por un tal Uriel Alvarado, ese era el amado de
Carlota, y el odiado de Virginia, pues ella siempre ha dicho que ese
conservador sólo quería aprovecharse de su hermana tal como Esperanza lo hacía,
mal recuerdo de su madre se le viene a la cabeza.
Hace un mes, Virginia y Carlota estuvieron en misa por
la virgen, siguiendo esas tradiciones tan latinas, cuando salieron al atrio, se
le escucho a Carlota decir “¡Vos Virginia, tan manzanilla y en misa, eso lo
castiga Dios!”, la otra sin reparo contestó “¡No soy yo quien se enamora de
bandidos, la que los defiende por la sensación de seguridad sabiendo que le hacen
daño y tampoco, la que habla mal de la familia!”, todos los presentes en la
plaza esperaban una pelea, pero como buenas señoras de pueblo se dieron media
vuelta, levantaron la nariz al cielo y caminaron hacía diferente dirección con
un semblante de sobrio orgullo. En el quiosquito de tintos de Doña Margarita
estaba Eleonor, con su humildad característica, viendo la escena, pero ¿Qué
podía hacer ella?, ella ya había sido excluida de la familia por no tomar
partido en la bronca, pues para Eleonor ambas estaban locas.
Antier llegó la noticia, Virginia está moribunda, una
mujer fuerte, pero al final derrotada por el hambre y el cólera, todos sabían
que no pasaba un buen momento, pero incluso sus hermanas la ignoraron. Carlota
no la asistió cegada por el amor a Uriel y Eleonor por la indiferencia habitual
creada por el tiempo.
Muy buen cuento, me gusta mucho la musicalidad con la que empieza. Me hace pensar y reflexionar en nuestra historia de país.
ResponderEliminarMuy llamativo
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