miércoles, 21 de marzo de 2018

RETENHEIM: Un inicio y un Final.

Por Sergio Andres Diaz Ariza
Temática libre


Veinte de aquel fatídico mes, el tiempo ha dejado de fluir, aquella putre habitación carente de humanidad refleja lo alegre de la vida. Las falsas expectativas comienzan nuevamente y entre irreprochables sueños se vive el cada día, aquellas frases carentes de sentido no generaban reacción alguna en penosa masa gris; su humanidad había perdido el sentido en sí.

 El agua, en este mundo no existía, era inservible, ineficiente, mejor era no hablar de ella; la única diligencia veraz era aquella en la que montado en artilugios circulares se avanzaba hacia un futuro desconsolador de tortura y desgracia, solo para entender que aquella veracidad era tan decadente como si mismo. El aire es pesado, un olor putrefacto se esparce en el infinito, aquellos seres como si de un cementerio fuesen, avanzando sin sentido, sin propósito, tan solo avanzando.

 La fiesta es inescrupulosa la muerte anda desnuda y nadie la detiene, todos la admiran y junto a ella se divierten. Los pensamientos confluyen, las náuseas arriban, lo llaman la degeneración de los sonrientes. El avance se torna grotesco, decadencia en lo absoluto, no mires está prohibido. Fluyen las sensaciones, generan poca cosa, rostros de hipocresía reflejan el progreso del día. Inténtalo de nuevo, la adaptación es la clave, no querrás esas miradas adeptas. Resiste, esto solo es el comienzo, arde el incesante infierno y los pensamientos depravados confluyen, la violencia se agita en busca de éxtasis. No te confundas, las trágicas se envuelven en impulsos despreciables y compulsivos. Agobio al llegar, descuida es natural, las metas se hicieron para fallar, al igual que su racionalidad. Las tornas giran delicadamente, ya no se es bienvenido aunque mucho se ha quedado allí. Inexpugnable ser el que se es, ¡lucha!, los dados han caído y el destino se ha establecido. Mira tan agradables colores, el verde olivo es fascinante, de él poco obtendremos. Acéptalo, no hay otro camino, confluye a la realidad amigo mío, no queras extraviarte en inicua realidad. El ser no pierde sentido, el sentido se pierde siendo, trata de creerlo, nada de eso importa en rojo podrido, tal vez si en verde vivo sin embargo nunca se es adivino. Sonríe aquí ya no existen los apegos, sentimientos se han vendido y los que aún quedan se han guardado en el olvido. Mira atentamente, la hora ha llegado, miseria del olvido, es todo lo que han sentido. Nada bueno hay en huir de afable camino.

 Lo has olvidado, ¿qué has olvidado?, todo se ha ido y nunca de regreso volverá. ¿Por quién lo has soportado?, ¿qué te mantiene en el andar? No caigas en el auto-engaño, la soledad ha nacido y no morirá, junto a ello el viento ha soplado y el eslabón ha resonado. Detente, analiza fríamente, nada cambiara, mas no cambies por nada, vuestro momento de lucir ha llegado y el renaciente público no asistirá hasta transcurrido el final. Siente el cambio y con el todo lo que has deseado lo obtendrás. Cesa la vista, cesa el deseo, cesa el sentir, de mucho a poco ha de transcurrir majestuoso espectáculo. Diecinueve de aquel fatídico mes, el tiempo ha dejado de fluir, aquella putre habitación carente de humanidad refleja lo alegre de la vida.

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