Temática libre
En un lugar lejano y misterioso existía una criatura llamada
Teo que amaba profundamente el lugar en el que se encontraba, (que era el mismo
en el que a veces se perdía), este lugar estaba en medio de unas verdes colinas
llenas de flores y de aromas, rodeado por un inmenso bosque de árboles que
contaban antiguas historias sobre las luces y las sombras, esto era todo un
misterio porque en este lugar las sombras no existían, Teo lo ocupaba todo, era
como el aire, siempre en movimiento siempre activo, fácil de sentir pero
difícil de ver; a Teo este lugar a veces se le hacia inmenso y a veces se le
hacia diminuto, el tiempo para él nunca pasaba no existía ni el día ni la
noche, le era muy difícil diferenciar dónde terminaba o dónde empezaba él en
ese espacio en medio de los árboles.
Teo quería ver y sentir algo distinto de todo lo que
conocía, quería en definitiva conocer las sombras, y por tanto pidió ayuda a
sus amigos los árboles, estos le advirtieron de los peligros que corría si
llamaban a las sombras, le dijeron que podía olvidar quién era, que podía
olvidar su esencia, esto a Teo pareció no importarle pues era más grande su afán
de conocer algo distinto que su temor a olvidar y perderse.
- Después de todo en medio de tanta luz tampoco sé quién
soy, dijo Teo a los árboles para convencerles.
- Duerme, dijeron los arboles como en un susurro y Teo cayó
en un profundo sueño.
Cuando despertó todo era oscuridad y frio, la luz ahora
estaba solo en su memoria, aun no tenía miedo así que decidió moverse pensando
que en algún lugar podría ver algo además de oscuridad, pero no fue así, al
parecer no había nada más, los arboles tenían razón, Teo tenía miedo, había
olvidado quién y qué era, lloro y mientras lloraba recordó a ese hermoso pajarillo
azul que vio esconderse en sus bolsillos cuando aún dormía, lo saco
cuidadosamente y lo primero que este hizo fue cantar, y cuando cantaba
aparecían pequeñas vetas de luz, Teo asombrado sonrió y decidió cantarle a su
corazón para que le recordara su esencia, entonces amaneció…
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