Temática libre
Después de recorrer un mundo de travesías y un sinfín de
sucesos, el osado aventurero con el brillo en los ojos regresó cabizbajo. En su
partida no supe lo que buscaba fuera mis dominios, pero en su retorno le fue
más fácil encontrarme. Le pregunté sobre lo que estaba buscando.
—Busco el apoyo del poder de los dioses —. Su mirada estaba
desecha por el cansancio y la decepción.
—Soy un dios por la vastedad que puedo controlar —le dije
luego de escuchar las razones por las que emprendió su trágica senda.
—No te vi siendo dueño de la grandeza de este mundo, parece
que hay otros más grandes que tú.
—Sólo hay uno más grande que yo y que todos, y es este
mundo—. Al final no supe si lo comprendió, pero el mensaje le fue dado. Creer
que este mundo es de un dios tempestuoso, o que la tempestad es debido al dios,
es creer que los planos abnegados por el río son poder de los hombres.
Soy dios porque regulo donde viven los hombres. Pero diosa
es la naturaleza, incontenible en su totalidad, que necesita de varios dioses
que estén prestos a cuidar de sus pequeñas creaciones. La tempestad en el cielo
y en el mar, los desastrosos vientos y luego ver la montañas explotar, no es
muestra de nuestro poder, sino de nuestra debilidad, soy dios en lo que puedo
controlar.
Esta vhevre
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