Temática libre
Se había cambiado a veterinaria para escapar de las
matemáticas, y por un amor viejo hacia los animales. Había sido criado a las
afueras de la ciudad, en una zona prácticamente rural, y en su casa siempre
hubo perros. Tenían un patio grande, sin árboles, en donde llegaron una vez a
guardar el caballo de un vecino, que se había quedado sin establo por una
inundación. Tuvo una perra que iba con él a la escuela, y lo esperaba echada
sobre su barriga de pelos blancos a la entrada del salón de clases, relamiéndose
las patas y ladrando a los niños que pasaban corriendo en el descanso de
secundaria. La fundadora de la escuela era muy amiga de su madre, y por eso le
acolitaban que llevaran su mascota a clase. Cuando había izada de bandera, la
perra no ladraba y se sentaba con mucha dignidad sobre sus dos patas traseras,
levantaba el hocico, sacando el pecho, y permanecía inmóvil durante la
ceremonia. En el himno aullaba. Su muerte, bajo la llanta de un auto que se
dirigía a la ciudad a toda velocidad por la carretera, era uno de sus recuerdos
más dolorosos: había visto cómo su amada mascota se convertía, en solo unos
instantes, en un amasijo de tripas y cuero esparcidos contra el asfalto. Vio la
panza explotar como una burbuja llena de sangre, y sintió, con el chillido de
la perrita, una corriente eléctrica entre su pelvis y su garganta. Esta se
cerró al instante por la angustia y él no pudo llorar.
Visto en cámara lenta, el evento de un perro aplastado
contra la carretera es grotesco y curioso al mismo tiempo: los movimientos
desesperados del animal debajo de la máquina que lo arrolla; la manera en que
el peso del automóvil va contorsionando las extremidades hasta hacerlo pasar en
cuestión de segundos a través de varias posturas imposibles; la cantidad de
explosiones y quiebres internos; la transformación de su inherente cualidad
tridimensional en una mancha bidimensional en el asfalto. Todas estas imágenes
fueron soñadas por él durante un par de semanas después del incidente. Esto
tenía, sin duda, dos causas: haber presenciado el atropellamiento y haber visto
el programa de cámara ultralenta en Discovery Channel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario